Quizás nunca sepamos del todo quién es Macleod Talbot. Ni siquiera él parece saberlo. Pero en cada página escrita deja una pista, una brizna de esa mente errante que convierte lo cotidiano en mítica materia narrativa.
Por Ehab Soltan
HoyLunes – En un rincón del mundo, entre el cielo de España y la nostalgia de la Cruz del Sur, escribe L. R. Macleod Talbot, un autor que parece haber sido arrancado de otro tiempo, de otra dimensión narrativa donde la realidad y la fantasía se confunden como amantes furtivos. Nacido en Argentina, criado en la inmensidad patagónica y moldeado por las palabras desde su juventud en Buenos Aires, Macleod Talbot ha hecho de la escritura un oficio, una pasión y, a veces, una condena.
Su historia no es la de un escritor convencional. Se graduó en Antropología, viajó como un vagabundo, escribió en pasquines con más corazón que marketing, y hoy vive en España con acento argentino, caminando entre dos mundos que coexisten en su narrativa: el vivido y el imaginado. Desde allí, con la mirada puesta en los cielos que ya no ve y las historias que lo siguen, nació su obra más audaz: «Esclavos de las Mentiras», el primer libro de la Saga Oculta.
Esclavos de las Mentiras no es simplemente un relato de espadas, reinos y hechicería. Es una epopeya de amores que desafían la muerte, venganzas tan frías como calculadas, y verdades enterradas en las cenizas de un mundo reconstruido tras un apocalipsis planeado. Macleod Talbot no buscaba una novela histórica, porque le aburre. Tampoco quería una fantasía clásica. Quiso una mezcla oscura y trágica, romántica y misteriosa, tejida con su propio hilo. Así nació esta saga, como una forma de escapar de los límites autoimpuestos, como una rebelión narrativa contra lo previsible.
El libro presenta una Edad Media que no busca rigor histórico, sino sensaciones, intrigas de reinas despechadas, demonios entre humanos, reencarnaciones, maldiciones y erotismo sin tapujos. Una novela que se atreve a preguntar al lector: ¿A quién amarás? ¿Qué muerte no podrás tolerar? ¡Cuántas orgías podrá sobrevivir el Reino de Caringia!
El proceso creativo de Talbot es tan metódico como apasionado. Comienza por la estructura, esboza el andamiaje narrativo de principio a fin, se interroga a sí mismo en voz alta, pasea con las ideas como si fueran fantasmas que necesita convencer antes de escribirlas. No cree en la inspiración divina, sino en el trabajo sostenido, en la intuición entrenada. Reescribe lo justo, planifica con rigor. Escribir, para él, es una extensión de su ser, tan esencial como decir que es introvertido o desconfiado.
Publicar, sin embargo, fue otro cantar. Las editoriales tradicionales le cerraron las puertas o las abrieron con tarifas encubiertas. Descubrió pronto que la autopublicación era su camino, no por convicción, sino por necesidad. Publicar no cambió su vida, ni su cuenta bancaria, pero lo confirmó como escritor. «El oficio del escritor no es la promoción», afirma, aunque confiesa que lo que viene después de escribir puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza.
La literatura, como la vida, está llena de paradojas. Hoy, L. R. Macleod Talbot y su libro «Esclavos de las Mentiras» forman parte del prestigioso proyecto «Detrás de cada libro hay una historia», impulsado por el Consejo Literario Independiente de Viajes Literarios y Drama Social. Esta iniciativa celebra la diversidad de voces que dan forma a la literatura contemporánea, y su publicación inicial en español promete abrir nuevas rutas hacia otros idiomas y culturas, llevando el mensaje de Macleod a geografías aún inexploradas.
Quizás nunca sepamos del todo quién es Macleod Talbot. Ni siquiera él parece saberlo. Pero en cada página escrita deja una pista, una brizna de esa mente errante que convierte lo cotidiano en mítica materia narrativa. Leerlo es entrar en su universo con los ojos bien abiertos y la certeza de que, al cerrar el libro, algo en nosotros también habrá cambiado.
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